
Un señor todos los días a las 12 del mediodía va a un bar y se pide tres vinos. Día tras día se los bebía en menos de 10 minutos y se iba.
Un día el camarero le pregunta:
-Oiga, día tras día viene y hace el mismo ritual. A qué es debido?
- Pues verá, tengo dos amigos que todos los días me acompañaban. Ahora uno vive en Francia y el otro en Canadá, así que me tomo mi copa y otras dos a su salud.
Y así continuó hasta que un día solo pidió dos copas.
-¿Qué ha pasado? Le dice el camarero
-Pues a mis amigos nada, pero yo he decidido dejar la bebida.